La crisis del COVID-19 reúne a metodistas unidos/as en Eurasia para la adoración; alienta el contacto con la comunidad en Noruega; permite nuevas formas de mantener viejas tradiciones en Alemania e impulsa una empresa de fabricación de máscaras en Eslovaquia.
Las iglesias se encentra en una disyuntiva difícil, aunque tienen que recoger la ofrenda en medio de la clausura de templos y reuniones por distanciamiento social, es sensible a las crecientes necesidades económicas de los/as fieles.